viernes, 31 de julio de 2015

Urubamba-Salinas de Maras-Moray-Aguas Calientes



Madrugamos y alquilamos un taxi que nos llevó por el Valle de Urubamba, con un paisaje de ensueño, hasta Las Salinas de Maras con más de 3 mil pozas, de diversos tamaños y dimensiones que se llenan de agua salada que mana de una fuente de Qoripujio.
Esta localidad, ubicada entre los cerros del Valle Sagrado de los Incas, se encuentra cerca a la montaña de Weqey Willka, lugar en el que según cuenta la leyenda, habría sido encerrado Ayar Kachi, el más pequeño de los Hermanos Ayar, quienes llegaron al Cusco para fundar el Imperio de los Incas. Según el relato, lloró de tanta tristeza por la traición de sus hermanos, que sus lágrimas se convirtieron en cristales transparentes. Los mismos que brotan hoy en día como agua por medio de un canal subterráneo y permite llenar los pozos, recordando a este pueblo el sacrificio de Ayar Kachi, una explicación más científica, establece que estas sólidas formaciones tectónicas, son el resultado de procesos que han experimentado los andes durante milenios.



A siete kilómetros de Maras, se encuentran los restos arqueológicos del distrito de Moray. Un laboratorio agrícola que recrea, a través de un complejo sistema de terrazas circulares, las variables climáticas de las diferentes áreas de cultivo de Valle Sagrado. Moray está formado por cuatro andenes circulares a manera de un cráter artificial, donde culturas preíncas habrían cultivado variedades de maíz. 

Volvimos a Ollantaytambo a través del Valle de Urubamba para coger el tren que nos llevaría hasta Aguas Calientes.
Nos alojamos en un hotel precioso en el centro e Aguas Calientes, el hotel Mapi.

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